“Ayudar a la gente a sentirse saludable y bien es una vocación profundamente personal para mí. No siempre es fácil, pero siempre vale la pena”.

“Cada paciente necesita a alguien que esté de su lado, que le preste atención a los detalles y les dé una manera de avanzar”.

“La gente pone su confianza en uno. Es un honor increíble estar a la altura, incluso en los días en que los desafíos parecen imposibles”.

“Cuidar a la gente no es solo administrar tratamiento. También es estar allí, de humano a humano”.

“Cada momento puede enseñar algo; cuando eso se entiende, uno se vuelve imparable”.

“Uno lo hace porque quiere cuidar a la gente. Esa es la conclusión a la que sigo regresando”.

“Hay que seguir adelante. Porque uno sabe que, un día, el trabajo que hace va a tener un gran impacto”.

“El viaje es más grande que uno. Incluye a todos los que lucharon para llegar aquí y a los pacientes a los que uno les sirve estando de este lado”.

“¿La lección más difícil? Aprender que a veces todo lo que hay que hacer es presentarse, incluso cuando hay cansancio, inseguridad y agotamiento. Es ahí donde uno crece”.

“No solo cuidamos a nuestros pacientes: luchamos por ellos. Soy su animadora y su lugar seguro”.

“La gente dice que la enfermería es la columna vertebral de la atención médica. Para mí es simplemente mi trabajo”.

“Es caótico, es de mucha presión, y no hay trabajo que sea más satisfactorio”.

“Cuando son las 3 a. m. y las personas están más vulnerables, hay una responsabilidad adicional para hacer que se sientan cuidadas”.

“La enfermería cambió la forma en que me veo. Cómo veo a las demás personas. La forma en que creo en lo que soy capaz y el impacto que puedo tener en mi comunidad”.

“La enfermería es diferente a cualquier otra cosa. Invitaría a cualquiera que tenga curiosidad a que me siga durante un turno de 12.5 horas en la sala de emergencias. Podemos retomar cuando se termine”.

“Cuando uno mira hacia atrás, quiere saber que marcó una verdadera diferencia. La enfermería es un puente entre el cuerpo, el corazón y la mente. Entre el miedo y la comodidad”.

“Una emergencia no espera a nadie. Las enfermeras y enfermeros intervienen y dan un paso adelante donde se los necesita, cuando se los necesita: ese es el trabajo”.

No solo llegamos hasta aquí: nos lo ganamos. Pertenecemos. El síndrome del impostor no tiene lugar en nuestra historia. Mantente en alto. Sé dueña de la habitación”.

“No solo ilumino las sonrisas: redefino lo que es un dentista”.

“La representación importa: tus pacientes lo ven, y también lo hace la próxima generación de mujeres en medicina. Nunca subestimes el poder de ser vista”.

“No solo me encanta lo que hago: vivo para ello. Estar allí cuando la gente más me necesita no solo es mi trabajo, es mi propósito. Y me presento todos los días.

“La gente subestima mi fuerza, hasta que me ve en acción. No solo sano, faculto. Confía en mí, soy más fuerte de lo que crees”.

“Mi maestra de biología de la escuela secundaria dijo que nadie me tomaría en serio en ciencia. Pero aquí estoy: luchando por las vidas más pequeñas, tomando decisiones en una fracción de segundo y dándoles a los recién nacidos su mejor oportunidad. No dejes que nadie más decida de lo que eres capaz”.

“Habla. Pide lo que te mereces. Tus habilidades, tu conocimiento, tu dedicación: son invaluables. Lucho por mis pacientes, lucho por mi carrera y ahora, como nueva madre, lucho por mi bebé. Porque saber lo que vales no es pedir demasiado”.

“Al quirófano no le importa si soy mujer. Solo le importa que sea la mejor”.

“Es donde la alegría llena el aire: la sala de partos es donde uno es parte del milagro de la vida”.

“Cada meta que me pongo es solo un paso más en mi camino”.

“La atención médica se ve en todas partes: puedo enseñarles a futuros Humanos geniales en mi recorrido al trabajo. Es increíblemente gratificante”.